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martes, 26 de febrero de 2013

Réquiem







Cuando mi tía falleció, su casa decidió morir con ella.
Apenas transcurrieron unas  horas y el piso comenzó a adquirir esa cualidad mineral que posee lo inerte. Los objetos permanecieron, tozudos, en el lugar en el que ella los dejó al salir hacia el hospital. Las toallas, dobladas al lado de la plancha, esperaron discretamente a ser recogidas, pero nadie supo a qué armario pertenecían. Tres platos, un vaso y los cubiertos ya totalmente escurridos sobre una bayeta acartonada. Las habitaciones primorosamente ordenadas, como solo ella sabía, con sus colchas de flores y las cortinas a juego.
En el velatorio la gente entraba y salía. Cambiaban de posición con una cadencia obsesiva, como de fieras enjauladas. Algunos lloraban, otros hablaban en susurros, o sorbían el aire como si salieran a respirar después de una inmersión. Luego recostaban   la cabeza sobre los tapetes de ganchillo que cubrían el sofá. No se esforzaban en ser amables, solo suaves y lentos. Me acordé de los reptiles que había visto en el Zoo: sigilosos, escurridizos, aparentando inmovilidad.
Al final, en varias oleadas,  todos se marcharon. Ventilamos un poco, apagamos las luces y cerramos la puerta.
Aun hoy, después de doce años, las colchas yacen en la misma posición en la que mi tía las colocó con tanto cariño, como solo ella sabía.



 ( Este  texto fue publicado en "El jinete insomne" juntamente con una  certera introducción de Guillermo Mayr y un texto bellísimo de Gabriela Massuh con el título "De las relaciones afectivas entre la casa y sus habitantes". El jinete insomne cumple en estos días el millón de visitantes. Sirva ésta entrada de felicitación y de propaganda a tan magnífico blog  y a su autor.
http://eljineteinsomne2.blogspot.com.es/2012/11/de-las-relaciones-afectivas-entre-la.html) 



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2 comentarios:

  1. No conozco el blog del jinete insomne, Paz, pero intentaré solventar semejante carencia.

    En cuanto a tu micro, es muy bueno. Consigues una voz narradora muy cercana al lector, que logra una actitud lectora complice -en tanto todos tenemos un recuerdo que podemos acercar a esta historia-.

    Un abrazo,

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    1. El blog el jinete insomne es una mina cultural , vale la pena hacer una inmersión.Y gracias otra vez por tu comentario sobre mi texto, Pedro.Supongo que los textos anclados en sensaciones vividas tienen más fuerza.Un abrazo!

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