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lunes, 6 de febrero de 2017

La invasión de los Fungi

Mientras nosotros andamos distraídos, atareados o preocupados cambiando los miedos de lugar, ellos brotan sin descanso ahí abajo. Nos rodean, nos acorralan, tejen una alfombra bajo nuestros pies. Abren sus sombrillas, engullen lo muerto y lo regurgitan para devolverlo a lo vivo. Su discreción es legendaria. Su palidez, mortal. Su labor malinterpretada. Pero no desisten en su empeño. Frenéticos, abren y cierran sus paraguas, expanden sus micelios, beben con avidez. Como si en ello nos fuera la vida.


3 comentarios:

  1. Me ha encantado, qué bien. Muy bueno eso de cambiar los miedos de lugar.
    Escribes muy bien, muchacha.

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