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miércoles, 14 de octubre de 2015

Temporada otoño-invierno


Foto de Juan Morán

El chico alto de la perilla le ajusta el cuello de la gabardina y a continuación le dedica media sonrisa inclinada. Nadie más sabe vestirla y desnudarla con esa exquisita mezcla de pasión y delicadeza.
Un ejército de mujeres inexpresivas como maniquíes merodean a su alrededor, mientras deslizan las perchas de las nuevas camisas con la aparente ligereza con la que se toca un arpa.  
Él le ciñe el cinturón, estira una manga. Luego se retira levemente para contemplar el efecto. Ella permanece inmóvil, como corresponde a las de su especie, pero en cuanto la toma en sus brazos para colocarla en el sitio, el carmín agrietado de su boca emite una luminosa sonrisa que sólo él puede ver.
Rodeada de frutos secos y de hojas rojizas, le observará de reojo desde el  escaparate deseando que llegue la temporada primavera-verano.

5 comentarios:

  1. ¡Qué relato erótico más sugerente!

    La temporada primavera-verano será todavía más excitante.

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    1. Eso me pareció cuando entré en Mango y vi a aquel dependiente tan guapo vistiendo a la maniqui de aquella manera. Gracias, Joselu! Cualquier día te escribo en privado para que me des un par de clases particulares sobre tu nueva pedagogía.

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  2. Preciós! Me he imaginado a la maniquí guiñando el ojo :)

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  3. Preciós! Me he imaginado a la maniquí guiñando el ojo :)

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  4. Pues gracias por partida doble, Guerrera. Por cierto ¿ te conozco? Si no nos conocemos todavía más agradecida. Sonrisa y guiño.

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